Cometer un error en el borrador de la declaración de renta puede suponer un coste para el contribuyente de unos 1.300 euros, tan solo por un concepto mal consignado. Un caso común es el de, por ejemplo, aquellas personas que han adquirido una vivienda en 2012 y en su borrador no consta como cantidad deducible el gasto por compra de la misma.
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